El velorio de Maradona: se lanzaron rosas y piedras

La despedida de Diego Armando Maradona se realizó en el centro de la ciudad de Buenos Aires. En la casa de gobierno. Con decenas de accesos al lugar. A partir de las 6 AM se abrieron las puertas. Menos de 24 horas después del fallecimiento del máximo ídolo de un país.

Antes, en el velorio íntimo, ya hubo conflicto. A Rocío Oliva, ex de Maradona, no la dejaron entrar. A pedido de las hijas del difunto le negaron el paso.

Se procedió con tranquilidad para decirle adiós a Maradona

Por buena parte, la gente pudo hacer fila, caminar, y avanzar hasta estar a dos metros del cuerpo. Por dos segundos, tenían a su «Dios» ahí. En un ataúd cerrado, pero físicamente ahí. Llanto, agradecimientos, flores y camisetas llovieron en ese salón.

Todo iba bien. Sin embargo, un enorme fallo de cálculo inició un caos. Se expresó que a las 16:00 se acabaría. Se cerrarían las oportunidades de acercarse. Lo que no pudieron predecir fue que el tiempo no alcanzaría para los miles y miles de aficionados expectantes.

2.6 kilómetros de una fila que no bajaba. La policía cortó o intentó cortar ésta. Allí, comenzó la batalla campal entre los que no se querían perder el adiós al Diez y los oficiales. La discusión de quién comenzó el caos no cambia el hecho de un suceso lamentable.

Acusaron «represión» y otros los llamaron «descontroladores». Lo que debía ser un festejo, acabó en una disputa, en la calle y hasta política. Se echan la culpa entre todos. El velorio de Diego Armando culminó en una catástrofe. Imágenes similares a las protestas que se han visto en distintos países, de guerras, se repitieron.

A todo esto, otro grupo ni siquiera se marchaba de La Casa Rosada. En el patio se acumularon y no respetaron el recorrido establecido. Cerraron las puertas, lo suspendieron, lo reanudaron, dijeron que se alargaba hasta las 19:00 y se volvió a cancelar.

Sucesos lamentables

Mientras afuera, a cuadras de la casa, repartían botellas, balas de gomas, piedras y bombas lacrimógenas, adentro las hijas temían por los restos de su padre. Tanto se habló de no manchar, y se manchó el día de su homenaje.

Ahora se debate en los medios de quién es la responsabilidad. Temas de seguridad y salubridad. Una concentración masiva propia del amor de una nación, en medio de una pandemia. Nada de distancia social. Estaban igual de aglomerados que un concierto de Queen.

Finalmente, se trasladó el féretro al cementerio. La cantidad de desafortunados que no lograron despedirse es grande y no están satisfechos.

Escrito por: Santiago Aceituno R / @SantiAce23

Foto: @infobae

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