Columna Señal Vinotinto: Mea Culpa

Se despide el 2021. Y la mayoría de nuestros jóvenes vive lo que hace más de 40 años, sentimos  nosotros al aupar a nuestro fútbol.

Es una coyuntura, un nudo, una nueva ruptura, que proviene de disputas ancladas en tres conceptos clave en la formación de una propuesta deportiva con resultados.

Política, gerencia deportiva y actitud del atleta. Tres bases corroídas por subsistemas que no permiten el crecimiento del sistema integral del desarrollo de la figura institucional de la FVF.

La casa de Sabana Grande siempre ha sido manejada, como muchas otras federaciones, bajo argumentos patriarcales, diríamos incluso bajo extensos proceso de pincelada gomecistas, cuyas decisiones ha estado más sustentadas en lo visceral, personal y favores gubernamentales.

En medio de estas telarañas, jamás limpiadas, se han dado resultados positivos, cuyas cabezas toman crédito, posicionamiento nacional e internacional, pero siempre han estado frente a una ruptura por los tres puntos anteriormente comentados.

Barco en la tempestad

Páez, Farías, San Vicente, Dudamel y Peseiro, en su momento no protagonizaron una planificación, sencillamente abordaron el barco en mitad de alta mar y lograron pasar una tempestad, y parte de ellos con logros ciertos en lo competitivo, pero sobre todo en lo moral y el pensamiento de pertenencia con los valores de la selección.

Más allá de este aspecto, a cada uno de ellos se les puede reconocer su influencia para quitar velos y ver grandes potenciales, así como desnudar los procesos de una estructura secuestrada, atada, bajo principios muy ajenos a lo deportivo.

Páez abrió el cofre del amor Vinotinto y de ello han pasado apenas 20 años, Farías talló el camino a nuestra primera cita mundial en categorías menores, San Vicente se topó con todos los fantasmas dirigenciales y de camerino.

Dudamel fue mucho más allá y alcanzó una final mundial FIFA en la categoría antesala a la mayor y su proceso, al igual que el resto, fue detonado por errores en tomar más espacios de los debidos desde lo deportivo, así como la injerencia desde lo institucional hacia la cancha.

Esto producto del absoluto plan para una estructura semejante a un árbol, que va desde la semilla en las categorías menores, sube al tronco en los torneos y selecciones de formación, hasta llegar a las ramas y frutos con las mayores en femenino y masculino.

Sobrevivencia

Todo se sustenta en la manera de fijar los roles y el trabajo en conjunto.

La vieja y aún presente estructura robusta de FIFA permite estos desatinos. Mientras Esquivel y González lograron anclar sus gestiones con el pasado y el actual presente del fútbol, su sobrevivencia, estaba lejos de lo correcto.

La amistad y el compromiso muy por encima de una real acción para vencer y para muestra un botón en la dificultad de dar una real autonomía a la Liga Futve, organización que también debe exorcizar con contundencia los favores, manejos, que desde hace muchos años dejan muy mal parada sus acciones, es decir transformarse realmente en una casa de equipos, de clubes concretos y no de oportunidades de patrocinios esporádicos.

Esto caprichos de equipos sólo lo viven los árabes, acá estas acciones han corroído la esencia y cuando pierden la conexión del poder, sencillamente se derrumban, y sobre ellos otra vez la estructura armada sobre bases inexistentes vuelve a su punto de origen.

Real política

Retomamos el párrafo de los tres puntos claves y lo político siempre va a existir. La real política es un ejerció sano. La garantía desde el seno del Estado es fundamental, pero cuando estas aristas no solo quieren estar como respaldo institucional sino como parte absoluta en las decisiones, jamás va a crecer.

Es una interferencia plena, que a su vez, tomada por conciertos públicos y privados van a dejar en manos de lo personal y autoritario la mayoría de las decisiones, dejando a un lado la Gerencia Deportiva, la planificación de un sistema corporativo que mida y establezca metas en periodos ciertos de trabajo, donde un lustro o década en papel no parezca una eternidad pero que encamine en hechos visibles y concretos, superar lo empírico.

Cuentas correctas

No pueden ni ministerios ni comités olímpicos involucrarse en planificaciones. Si, trabajar en conjunto, dar el patrón claro en lo deportivo e incluso en lo económico que permita tomar lápiz y papel para una rendición de cuentas correcta y sana.

Abriríamos con ello un paso a una directiva con peso gerencial, sin temor a ejercer, negociar o plantear su crecimiento, en conjunto con los lineamientos deportivos del país, asuntos muy diferente a estar de lleno en la base de las decisiones.

Mientras esto suceda, no será una Gerencia Deportiva, tendrá un cordón umbilical que no permite la evolución, mientras no se corte las federaciones no crecerán.

 El problema es cuando éstas se separan más de lo esperado y hacen de sus estructuras pequeños estados, empresas deportivas, que permiten a un presidente de federación convertirse en zar de las decisiones, con directivas complacientes y en cascada, a su vez, clubes, entrenadora y jugadores, entregados al mejor postor.

Esto se acaba con el real  cumplimiento de las leyes, pero parece una tarea difícil cuando las estructuras son tomadas como trofeos, como victorias tempranas para sectores políticos, sea cual sea el color, y esto pisa cualquier evolución o gestión, es decir las mencionadas, cuyo éxito se vivió, pero por separado, sin ninguna intención de respaldarlo.

Ejemplo: los ciclos de Uruguay, Alemania, palabras mayores. Vean como los celestes apenas discuten y temen incluso si prosiguen o no con su técnico de mil batallas.

Seres humanos

Al cierre, nos topamos con algo no menos importante. La actitud deportiva del atleta. Todos estás incongruencias de manejo influyen y pueden expresar de manera muy abierta, a la selección no le falla, nunca se le dice no.

Aquí el primer error. Si en su seno laboral, familiar, su contexto no cumple, muchos asumirán una conducta desde lo profesional, evitando o haciendo la vista gorda, saben lo que el planeta significa estar en la selección nacional.

 Otros tiran la toalla y el ejemplo de 40 años prevalece y deja a un lado las conquistas que deberían ser tomadas como ejemplo. Aunque su entrega, valor y pasión en el terreno no deberían depender de ello, pero, lamentablemente son seres humanos.

Es como un ejército que va a la guerra y su general o jefe de comando no da el ejemplo, es difícil que un cuerpo técnico, el que sea, pueda transmitir esa esencia.

Por ello el primer tema a corroborar en el fútbol es trabajar con la certeza de un plan dirigencial independiente.

Sin injerencia

Si el Estado da recursos, confiar nuevamente, la experiencia con  gestiones anteriores no da sustento a este contexto, pero la injerencia no es buena, siempre abrirá una herida que desde lo institucional no le va otorgar solidez a la estructura.

En este amplio texto, no menciono de último al fútbol femenino por casualidad. Las mismas situaciones, las grandes conquistas, pero con una determinación que permite entender que en el diálogo y la responsabilidad pueden lograrse metas de corto y mediano plano.

El proceso de Conti va a la par en experiencia a la acción de Páez, Farías y Dudamel. Alguien tomó la decisión de no contarlo y en ese escenario el resultado no puede ser otro que la meta de llegar a la cita mundial femenina de mayores.

Entendemos con ello el por qué no se puede trabajar en parcelas, podemos ver que la estructura femenina es ahora un mar en calma.

Para ello pasaron denuncias, reclamos de ahora y de siempre, pero es la mejor manera de contar con una esperanza que los ajustes en la FVF pueden tomar un camino.

El anuncio de un nuevo DT llegará en la mayor masculina. La directiva debe afrontar las cargas negativas o positivas que arrastra, en una especie de constelación sin perdón de sus históricos jerarcas.

Una vez más el sueño mundial se va. Hemos escrito y hablado sobre este tema por años. La ilusiones de eliminatoria nacieron en 1981 con España y como profesional desde la eliminatoria a Italia 90.

Las mismas alegrías, las mismas decepciones. Con Páez fue un momento mágico, Farias nos acercó con certeza en la tabla y abrió el boleto mundialista con los más jóvenes. Su apoyo con Lino Alonso fue determinante. Dudamel llevó una selección a choque final de un mundial sub 20.

¿Qué pasó? Cuando para muchos de nosotros está generación pudo dar una mejor eliminatoria. La respuesta está en estos detalles, mientras lo científico, lo académico, lo moral y lo ético no se involucre, no llegaremos sino a conquistas muy puntuales, lejanas del gran evento FIFA.

El reto para una gestión que llega con matices diversos desde lo gris hasta lo azul claro, es sincerar las estructuras, desechar el apetito de poder y abrir el camino a los gerentes, los reales, lo que no tengan en el ala un compromiso.

Viva la Vinotinto, pasión que emerge en instantes, en segundos, un gol, una victoria transforma. Añoramos que esos principios inunden nuestra dirigencia. Un mea culpa, aceptar el error, podría ser un gran comienzo.

Escrito por: Joel Casanova / @joelcasanova

Foto: Joel Casanova

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