Este jueves la Major League Baseball (MLB) le rindió homenaje a Jackie Robinson, una leyenda que se erigió como el primer pelotero afroamericano en actuar en el Big Show.
Robinson, nacido el 31 de julio de 1919 en Cairo, Georgia, Estados Unidos, fue un infielder que irrumpió en Grandes Ligas el 15 de abril de 1947 a la edad de 28 años. Debutó con Dodgers de Brooklyn –ahora de Los Ángeles– en una era en la que la discriminación racial era más acentuada en la unión americana.
Poseía mucha calidad y por eso saltó a la MLB después de destacar en las extintas Ligas Negras con Monarcas de Kansas City en 1945. En esa contienda mostró el calibre de su ofensiva al promediar un elevado .414.
Su talento llamó la atención de Branch Rickey, dueño de los esquivadores en los años 40, quien lo convenció de dar el salto a Ligas Menores (MiLB), donde sólo trabajó en 1946.
Laboró en la Liga Internacional, de clasificación Triple A, con Reales de Montreal y sonó .349 en 123 choques. Rickey pensó que estaba listo para ir a la MLB y apostó por sus virtudes ofensivas en 1947. Robinson respondió a esa confianza.
La irrupción de Robinson
El estadounidense, capacitado para defender la inicial, la intermedia y la antesala, aprovechó el torneo de 1947 para dejar números que marcarían el comienzo de una carrera legendaria. En 151 cotejos, bateó .297 con 31 dobles, cinco triples, 12 jonrones, 48 impulsadas y 125 anotadas.
En esa campaña mostró su velocidad al robar 29 bases en 40 intentos. También dejó porcentajes de embasado (OBP), cojines alcanzados (slugging) y suma de los dos renglones anteriores (OPS) de .383, .427 y .810, respectivamente.
Su desempeño le valió para acreditarse el premio Novato del Año de la Liga Nacional y figurar quinto en la votación al galardón Jugador Más Valioso (JMV) de ese sector.
Una carrera legendaria
Robinson se mantuvo 10 torneos en la Gran Carpa y registró números que le valieron para ingresar en el Salón de la Fama. Desarrolló toda su trayectoria con Brooklyn y exhibió una media al ataque de .311 en 1.382 encuentros.
Totalizó 273 tubeyes, 54 triples, 137 jonrones, 734 empujadas y 947 marcadas. Lució un OBP de .409, slugging de .474 y OPS de .883. Se estafó 197 cojines en 273 viajes.
Disputó 38 choques de postemporada y mantuvo un average de .234 con siete biangulares, un triplete, un triangular, dos vuelacercas, 12 fletadas y 22 pisadas de plato. Logró un OBP de .335, un slugging de .343 y un OPS de .679. Hurtó seis estaciones sin ser inmolado.
Vida después del diamante
Robinson, ganador de la Serie Mundial de 1955, se dedicó a las actividades políticas y a la lucha por la igualdad social tras su retiro en 1956. Eso le dio más notoriedad en el planeta. Murió el 24 de octubre de 1972 en Stamford, Connecticut, tras padecer una diabetes que le causó ceguera.
Antes de su partida física asistió como invitado al Clásico de Otoño entre Atléticos de Oakland y Rojos de Cincinnati que acabó 4-3 a favor de los Elefantes Californianos. Fue su última aparición pública en los escenarios de una MLB que tiempo después le rindió un merecido honor.
En 1997 la MLB decidió retirar la camiseta número 42 que portó y popularizó durante su trayectoria con Dodgers de todos los clubes afiliados, salvo en aquellos que tenían jugadores que lo utilizaban para ese momento.
Desde entonces instauró el 15 de abril como el Día de Jackie Robinson para recordar su legado en un Gran Circo donde cada uno de los beisbolistas tienen el honor de ataviarse con la casaca 42 ese día en cada curso, para recordar el paso de una luminaria que superó prejuicios para demostrar su potencial en el más alto nivel.
Escrito por: Joseph Ñambre | Twitter: @JosephSports27
Foto: MLB