Michael Jordan cumplió el miércoles 58 años de vida y, sin duda, es el máximo ícono en la historia de la NBA pues sus hazañas sobre el tabloncillo lo convirtieron en referente para jugadores de varias generaciones.
Nació el 17 de febrero de 1963 en Brooklyn, Nueva York, y a sus 21 primaveras irrumpió en la Meca del Baloncesto, donde tuvo impacto instantáneo. Se estrenó con Bulls de Chicago y se acreditó el premio Novato del Año en la temporada 1984-1985.
Obtuvo el galardón al mejor recluta tras promediar 28.2 puntos, 6.5 rebotes 5.9 asistencias, 2.4 robos y 0.8 bloqueos. Disputó todos los 82 encuentros de un Chicago que lo tomó como la tercera selección global del Draft de 1984. También integró el Cuadro Todo Debutantes.
Fue escogido por los astados, después de que Rockets de Houston seleccionó al centro Hakeem Olajuwon como primero en el “sorteo colegial” y Trail Blazers de Portland se decantó por el alero de poder Sam Bowie. De ese lote Jordan fue el único que marcó una época en la liga.
Jordan y sus números
En 15 campañas en la NBA, Jordan hizo de la excelencia su carta de presentación. En 1.072 duelos, mantuvo medias de 30.1 unidades, 6.2 capturas, 5.3 pases para anotación, 0.8 tapas y 2.3 hurtos de pelotas. Trabajó para Chicago y Wizards de Washington.
El escolta brilló principalmente en la década de los 90, pues guio a Bulls a conquistar los cetros de las contiendas 1990-1991, 1991-1992, 1992-1993, 1995-1996, 1996-1997 y 1997-1998. En las Grandes Finales de esos torneos se erigió como el Jugador Más Valioso (JMV).
Fueron galardones que engrosaron su currículo, en el que también sobresalen cinco JMV de fase regular, 10 títulos de anotación y tres lideratos del rubro de recuperaciones. En 11 oportunidades se ganó un cupo en el Equipo Todo NBA.
En su hoja de vida figuran 14 presencias en Duelos de Estrellas, tres JMV de cotejos siderales, una estatuilla al Defensor del Año y nueve apariciones en el Elenco Todo Defensivo de la NBA. Esos méritos lo llevaron al Salón de la Fama de Sringfield.
Un hombre exitoso
Tras su retiro definitivo en la justa 2002-2003, Jordan se dedicó a los negocios y se transformó en un empresario exitoso.
Se asoció con marcas como Gatorade (bebida istónica) y Nike (empresa que crea ropa deportiva y calzado) para invertir dinero y le sacó rédito, porque hoy día su fortuna asciende a 2.100 millones de dólares. De ese total sólo 100 fueron obtenidos como atleta.
No se desvinculó de la NBA porque es el propietario de Hornets de Charlotte que tiene su base en Carolina del Norte, Estados Unidos, donde esta semana donó 10 millones de dólares para que Novant Health construya clínicas populares. Quiere brindar servicios de salud a bajo costo a personas de escasos recursos.
Jordan también posee acciones en compañías hoteleras y es el socio mayoritario de Cincoro, un tequila premium con el que ingresó al mercado de los licores y que, hasta ahora, tuvo gran aceptación.
Esos logros ajenos al parquet, aunado a sus éxitos deportivos y a que se mantiene ligado a la NBA como dueño, transforman a Jordan en un símbolo de un básquet al punto de que la fanaticada lo cataloga como su más grande exponente.
Escrito por: Joseph Ñambre | Twitter: @JosephSports27
Foto: NBA