La reciente muerte de Diego Maradona, ícono del fútbol, causó conmoción en el planeta y demostró que, a pesar de protagonizar muchos escándalos por sus adicciones a las drogas y el alcohol, era un ídolo.
El futbolista argentino, fallecido a los 60 años por causa de un paro cardiorrespiratorio, era odiado por unos y venerado por otros.
Sus problemas no pasaron desapercibidos ante la opinión pública y sirvieron para crear titulares de prensa.
Muchos de esos encabezados se produjeron tras su suspensión de la Copa del Mundo Estados Unidos 1994, cuando dio positivo por dopaje.
Eso evitó que Argentina, que con Maradona le ganó a Grecia y Nigeria, alzara el trofeo. La salida del «Pibe de Oro» debilitó al equipo.
Pese a ser polémico, fue objeto de homenajes póstumos tanto de futbolistas como de la tropa neozelandesa de rugby, algo que demuestra su carisma.
El trato para el ídolo argentino
Maradona, quien guio a Argentina a coronarse en la Copa del Mundo México 1986, recibió honores propios de un presidente de República al ser velado en la Casa Rosada, sede de gobierno de su país natal.
Eso generó comentarios negativos de sus detractores, porque motivó a miles de feligreses de la Iglesia Maradoniana a despedirlo en pandemia.
Los devotos de Maradona ignoraron las restricciones sanitarias para prevenir el COVID-19 sin importar las consecuencias.
Se generaron disturbios y el cuerpo de Maradona fue sepultado bajo estrictas medidas de seguridad, algo previsible.
¿Se puede condenar ese trato para un ídolo deportivo? Al revisar un pasaje bíblico del libro de Juan, la respuesta es no.
“Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, dijo Jesús de Nazareth a fariseos que querían apedrear a una mujer adúltera.
La frase llama a la reflexión. Antes de juzgar a otro se debe analizar el comportamiento propio. A fin de cuentas, Maradona era una persona.
El trato al personaje
Gianni Infantino, presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) –a la cual Maradona criticó por diseñar calendarios competitivos agotadores para atletas-, siente tristeza por su deceso.
Alejandro Domínguez, jefe de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), lamentó el final de la existencia terrenal de Maradona.
Para honrarlo, Domínguez ordenó dibujar una silueta del mítico 10 de la Albiceleste, con rayos láser, en la sede de la institución.
Son homenajes dignos de un “prócer” que trascendió el fútbol.
Maradona se erigió como un luchador social, porque era partidario de la igualdad de oportunidades para «pobres y ricos».
Si FIFA y CONMEBOL perdonaron «los pecados” de Maradona, ¿por qué Major League Baseball (MLB) no absuelve de sus culpas a Pete Rose, Barry Bonds y Roger Clemens?
Esa respuesta la tiene la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWWA), encargada de admitir en el Salón de la Fama a aquellos que consideran “ejemplos a seguir dentro y fuera del diamante”.
Los «pecados» de los beisbolistas
Rose, máximo hiteador de la historia de MLB con 4.256 incogibles, no tiene una placa en el Templo de los Inmortales por apostar contra Rojos de Cincinnati, cuando lo dirigía en 1989.
Bonds y Clemens todavía son elegibles para ingresar en el Panteón de la MLB, pero parecen vetados por figurar en el Reporte Mitchell.
En ese informe se les acusó de emplear esteroides para mejorar sus rendimientos, pero no se hallaron pruebas para demostrarlo.
Bonds y Clemens hicieron méritos para ascender al Olimpo de la MLB.
Bonds es el máximo jonronero tanto en una campaña (73 estacazos) como en todas las épocas (762) de la MLB.
Clemens atesora la mayor cantidad de premios Cy Young para un pítcher (7) en los anales de la Meca de la Pelota.
La BBWAA ignora a los astros
Bonds y Clemens, al igual que Rose, son ignorados por una BBWAA que busca a personajes impolutos para entrar en el Salón de La Fama.
Por números Rose, Bonds y Clemens merecen estar en el sitio sagrado, pero sus faltas todavía resultan “imperdonables” para la BBWAA.
Sólo el tiempo determinará si la BBWAA le dará un mejor trato a los “astros castigados”.
Esa terna no goza de la popularidad que sí tuvo Maradona, quien antes de su muerte se autoproclamó “El Diego de la Gente”.
Escrito por: Joseph Ñambre | Twitter: @JosephSports27
Fotos: FIFA, CONMEBOL y MLB
